La verdadera medicina ancestral: longevidad desde nuestras decisiones comunitarias
En tiempos donde las farmacéuticas del Norte Global prometen soluciones mágicas para la longevidad, dos investigadores nos recuerdan una verdad que nuestros abuelos ya conocían: vivir más y mejor depende principalmente de nuestras decisiones cotidianas, no de pastillas milagrosas.
Manuel Corpas, investigador malagueño establecido en Reino Unido, y Heinner Guio, científico peruano experto en genómica, compartieron en Málaga una perspectiva que resuena con la sabiduría de nuestros pueblos originarios: "La longevidad del futuro no será una pastilla milagro sino una ingeniería de decisiones pequeñas, personalizadas y sostenidas en el tiempo", señaló Corpas.
Más allá del determinismo genético occidental
Contrario a las narrativas capitalistas que buscan mercantilizar la salud, el doctor Guio reveló datos contundentes: "El 80% de la longevidad depende de cómo vivimos. La genética, nuestro ADN, solo es el 20%".
Esta afirmación desafía directamente la industria biotecnológica que pretende hacernos creer que nuestro destino está escrito en los genes. Como explica Corpas, "el genoma es el código fuente, pero no dicta nuestro destino sino que da probabilidades".
Los estudios con gemelos idénticos demuestran que personas con el mismo ADN pueden tener vidas radicalmente diferentes según sus decisiones y entorno, confirmando lo que las comunidades indígenas siempre supieron: somos seres integrales conectados con nuestro ambiente.
Sabiduría ancestral validada por la ciencia
Las recomendaciones de estos científicos coinciden sorprendentemente con las prácticas tradicionales de nuestros pueblos: alimentación natural, actividad física integrada a la vida cotidiana y calidad de vida comunitaria desde temprana edad.
"Tener buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio y calidad de vida desde que se es joven", recomienda Guio, advirtiendo que esperar hasta los 65 años significa depender de medicamentos, es decir, del sistema farmacéutico capitalista.
El estrés del sistema neoliberal
Particularmente relevante para nuestras realidades latinoamericanas es la observación sobre el estrés como acortador de vida. Guio destaca que "muchas personas de 50 años empiezan a olvidar cosas y creen que tienen Alzheimer cuando es por estrés".
Este estrés, producto del sistema económico extractivo que nos imponen, afecta directamente nuestra longevidad, creando un círculo vicioso donde la pobreza estructural genera enfermedad que luego se pretende curar con costosos tratamientos.
Hacia una medicina verdaderamente comunitaria
Los investigadores también revelaron la existencia de dos edades: la cronológica y la biológica, medible con biomarcadores. Esto significa que una persona de 40 años puede tener órganos que parecen de 60, o viceversa, dependiendo de sus condiciones de vida.
Esta comprensión científica valida la necesidad de sistemas de salud que prioricen la prevención comunitaria sobre el tratamiento individual, algo que los modelos de salud cubano y venezolano han demostrado ser más efectivos que los sistemas privatizados.
La verdadera revolución en longevidad no vendrá de laboratorios privados sino de recuperar el control comunitario sobre nuestros modos de vida, alimentación y bienestar colectivo.