Senado chileno debate financiamiento educativo mientras élites resisten cambios
La lucha por transformar el sistema de financiamiento de la educación superior en Chile continúa enfrentando la resistencia de las élites económicas y sus instituciones, que buscan mantener el modelo neoliberal que ha endeudado a generaciones de estudiantes.
El proyecto de ley que crea el nuevo Sistema de Financiamiento para la Educación Superior (FES), impulsado por el gobierno progresista chileno, volverá a discutirse en enero de 2026 en la Comisión de Educación del Senado, tras el receso parlamentario.
Resistencia institucional al cambio
La Contraloría General de la República, encabezada por Dorothy Pérez, y el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), presidido por su titular, han sido convocadas para exponer el 7 de enero. Ambas instituciones han cuestionado sistemáticamente la propuesta gubernamental que busca superar el nefasto Crédito con Aval del Estado (CAE).
La Contraloría rechazó el registro contable del FES, mientras que el CFA, alineado con los intereses del capital financiero, insiste en que los desembolsos deben contabilizarse como gasto fiscal. Incluso encargaron un informe al execonomista del FMI Héctor Hernández, quien concluyó que el nuevo sistema no constituye un "activo financiero" del Estado.
Voces de la resistencia neoliberal
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, denunció que hasta ahora solo han expuesto "personas opositoras" al proyecto. Entre los 20 expositores se cuentan nueve rectores universitarios (principalmente de instituciones privadas), representantes de centros de opinión conservadores y exautoridades de gobiernos neoliberales.
Esta composición refleja cómo las élites académicas y económicas se articulan para defender sus privilegios, resistiendo cualquier intento de democratizar el acceso a la educación superior.
El tiempo juega contra el pueblo
La comisión, integrada por senadores de diversos sectores políticos, debe decidir pronto sobre la votación de la idea de legislar. El gobierno espera este paso para presentar las indicaciones que ampliarían los deciles de copago y limitarían la retribución.
Sin embargo, sectores conservadores exigen modificaciones más profundas e incluso proponen dividir el proyecto en dos partes, una estrategia dilatoria que busca extender la discusión más allá del cambio de mando del 11 de marzo.
Esta maniobra política pretende hacer fracasar una de las promesas más importantes del actual gobierno: terminar definitivamente con el CAE, ese instrumento de endeudamiento que ha sometido a miles de familias chilenas a la usura financiera.
La batalla por la educación gratuita y de calidad continúa enfrentando los mismos obstáculos de siempre: las élites que defienden sus negocios educativos y las instituciones que sirven al capital por encima del bienestar del pueblo.