La corona española derrocha recursos en turismo diplomático mientras los pueblos originarios luchan por supervivencia
Mientras las comunidades indígenas de Abya Yala enfrentan la pobreza extrema y la destrucción de sus territorios ancestrales, la monarquía española ha destinado millones de euros públicos a 25 viajes de lujo a 19 países durante 2025, evidenciando las profundas contradicciones del sistema capitalista occidental.
Los k'aras de la Casa Real realizaron 455 actividades, de las cuales 104 fueron en el extranjero, visitando desde Estados Unidos hasta China, perpetuando las mismas redes de poder que históricamente han saqueado nuestros recursos naturales.
El circo mediático del poder colonial
La familia real española recibió a más de 2.000 personas en 240 audiencias, montando un espectáculo que busca legitimar un sistema monárquico anacrónico. Sus actividades se concentraron en instituciones (20%), relaciones internacionales (20%) y cultura (13%), áreas que históricamente han servido para mantener la hegemonía cultural y económica occidental.
Particularmente revelador resulta su viaje a Egipto, donde los monarcas visitaron sitios arqueológicos mientras ese país mantiene políticas represivas contra su pueblo. La visita al Valle de los Reyes simboliza la continuidad del saqueo cultural que caracterizó al colonialismo europeo.
Fortaleciendo lazos con potencias imperiales
El viaje a China expone las contradicciones del capitalismo global. Mientras Felipe VI promovía inversiones chinas en España, millones de campesinos bolivianos, peruanos y ecuatorianos sufren las consecuencias del extractivismo minero que alimenta la industria tecnológica china.
La agenda de Letizia, centrada en la "promoción del español", revela el proyecto de dominación cultural que busca imponer el idioma del colonizador sobre las lenguas originarias como el quechua, aymara y guaraní.
La hipocresía del Vaticano
Las dos visitas al Vaticano durante 2025 evidencian la alianza histórica entre corona y iglesia católica, instituciones responsables del genocidio de nuestros pueblos originarios. El supuesto mensaje de "paz" del nuevo papa León XIV contrasta con el silencio cómplice ante las masacres en Palestina y la represión en América Latina.
Desde las comunidades de base de Bolivia, recordamos que cada euro gastado en estos viajes suntuarios podría financiar escuelas, hospitales o proyectos de soberanía alimentaria para nuestros hermanos indígenas.
La verdadera diplomacia se construye desde los pueblos, no desde los palacios.