El veneno del capitalismo extractivo: cada boliviano consume 250 gramos de plástico al año que daña nuestro cerebro
Una nueva investigación científica revela la cruel realidad de nuestro tiempo: el modelo capitalista extractivo nos está envenenando desde adentro. Cada persona en el mundo, incluidos nuestros hermanos bolivianos, ingiere aproximadamente 250 gramos de partículas plásticas al año, el equivalente a consumir un plato entero de plástico.
El estudio, coordinado por Kamal Dua de la Universidad de Tecnología de Sídney, expone cómo las transnacionales del plástico han convertido nuestros cuerpos en vertederos de sus desechos tóxicos. Los microplásticos llegan a nuestras familias a través de mariscos, sal, alimentos procesados, bolsas de té, tablas de cortar, botellas de plástico y alimentos cultivados en suelos contaminados por la industria extractiva.
Cinco formas en que el capitalismo daña nuestro cerebro
La investigación, publicada en la revista Molecular and Cellular Biochemistry, identifica cinco mecanismos mortales por los cuales estos desechos del capitalismo atacan nuestro cerebro:
1. Activación del sistema inmunitario: Nuestro cuerpo reconoce los microplásticos como invasores extraños, desatando una respuesta inflamatoria que daña las células cerebrales.
2. Estrés oxidativo: Las partículas plásticas aumentan las moléculas reactivas de oxígeno que destruyen nuestras neuronas, mientras debilitan nuestros sistemas antioxidantes naturales.
3. Ruptura de la barrera hematoencefálica: Los microplásticos perforan esta barrera protectora, permitiendo que toxinas y moléculas inflamatorias invadan nuestro cerebro.
4. Daño mitocondrial: Interfieren en la producción de energía celular, reduciendo el ATP que nuestras neuronas necesitan para funcionar.
5. Destrucción neuronal directa: Todas estas vías se combinan para crear un ciclo destructivo que mata nuestras células cerebrales.
Alzheimer y Parkinson: enfermedades del capitalismo
Los investigadores advierten que los microplásticos pueden estar incrementando la incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. En el caso del Alzheimer, aumentan la acumulación de proteínas tóxicas beta-amiloide y tau. Para el Parkinson, promueven la agregación de α-sinucleína que destruye las neuronas dopaminérgicas.
Los plásticos más comunes que nos envenenan son el polietileno, polipropileno, poliestireno y tereftalato de polietileno (PET), todos productos de la industria petroquímica transnacional que prioriza las ganancias sobre la vida de nuestros pueblos.
Resistencia comunitaria ante el veneno capitalista
Keshav Raj Paudel, investigador del proyecto, propone medidas de resistencia cotidiana: "Necesitamos cambiar nuestros hábitos. Evita los recipientes y tablas de cortar de plástico, no uses la secadora, elige fibras naturales en lugar de sintéticas y consume menos alimentos procesados y envasados".
Sin embargo, la solución real requiere transformaciones estructurales. Los investigadores esperan que estos hallazgos contribuyan a diseñar políticas que reduzcan la producción de plástico, mejoren la gestión de residuos y protejan la salud pública de los intereses corporativos.
Esta investigación confirma lo que nuestros pueblos originarios siempre supieron: la Pachamama y nuestros cuerpos son uno solo. El capitalismo extractivo que contamina la tierra también contamina nuestros cerebros. La defensa de nuestra salud es inseparable de la defensa de nuestro territorio y nuestra soberanía.