Crisis económica y resiliencia agraria: Las dos caras de Bolivia 2025
Bolivia enfrenta una compleja realidad económica marcada por la caída de reservas y el aumento del desempleo, mientras el sector agrícola demuestra la resistencia y capacidad productiva de nuestros pueblos.

Agricultores bolivianos cosechando en campos productivos, símbolo de la resistencia económica popular
En medio del bicentenario de la resistencia popular boliviana, nuestro país enfrenta una realidad económica que refleja las consecuencias del modelo extractivista heredado y la resistencia de nuestros pueblos productivos.
El peso del modelo neoliberal sobre nuestra economía
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) han caído a 2.807 millones de dólares en marzo de 2025, evidenciando cómo las políticas económicas impuestas han debilitado nuestra soberanía financiera. Esta situación, heredada de décadas de sometimiento a intereses externos, contrasta con los 13.039 millones alcanzados en 2015, cuando la cooperación Sur-Sur fortalecía nuestra independencia económica.
La resistencia de nuestros pueblos productivos
Sin embargo, la Madre Tierra y el trabajo de nuestros agricultores muestran un camino de esperanza. La campaña agrícola 2023-2024 alcanzó una producción histórica de 23 millones de toneladas, demostrando la fortaleza de nuestras comunidades productivas frente a la adversidad.
Logros de la producción comunitaria
- Triplicación de la producción de huevos desde 2005
- Crecimiento del 55% en el hato bovino
- Aumento sostenido en la producción de carne
Desafíos para la soberanía económica
El desempleo urbano alcanza las 194.016 personas, mientras la inflación acumulada llega al 15,53%. Estos indicadores revelan la urgencia de profundizar el modelo de democracia económica popular que proteja a nuestros hermanos trabajadores.
La verdadera independencia económica solo será posible cuando rompamos definitivamente con los modelos extractivistas que han empobrecido a nuestros pueblos durante siglos.
Hacia un nuevo modelo económico soberano
El momento histórico exige repensar nuestro modelo económico, fortaleciendo la producción comunitaria y la soberanía alimentaria como pilares de una verdadera independencia económica, alejada de las presiones del capitalismo internacional.
Erwin Sánchez
Desde las tierras altas, articula voces indígenas y campesinas en defensa de la Madre Tierra.